Reducción mamaria: una técnica quirúrgica que proporciona notables beneficios funcionales

La Dra. Ana De La Concepción realiza esta intervención que se consolida entre las más demandadas y que evitará en la paciente cargas sobre las zonas dorsal y cervical de la espalda.

La reducción mamaria es una técnica quirúrgica que se está aplicando y consigue numerosas ventajas a nivel funcional sobre la estructura corporal de las pacientes. La Dra. Ana De La Concepción, que realiza esta intervención en los quirófanos de SJD, precisa que “el beneficio es tanto físico como psicológico y supone una mejora significativa de la calidad de vida de las pacientes”.

Esta cirugía de mama está siendo en la actualidad una de las más solicitadas “porque más allá del resultado estético que va a proporcionar conseguirá, funcionalmente, reducir el volumen y el peso en la zona intervenida, reduciendo la carga que continuamente soportan las zonas dorsal y cervical de la espalda y por consiguiente, las molestias que esto genera debido a malos hábitos posturales que se adoptan tanto por el peso del pecho como por la tendencia a disimularlo”.

La reducción mamaria disminuye el centro de gravedad del cuerpo por lo que la tensión muscular entre el cuello y la espalda se reduce. Esta corrección mejora la postura y flexibilidad de las mujeres sometidas a la intervención. La doctora precisa que “un volumen excesivo de pecho incluso puede causar problemas para la respiración y de hecho, con frecuencia vemos mujeres que presentan dificultad para la práctica de ejercicio físico, facultad que recobran tras la intervención”.

Otros aspectos que mejoran se asocian a la salud de la piel, disminuyendo “lesiones por roce, irritación de la piel en los surcos submamarios, etc.”

El perfil de paciente ideal para esta intervención es aquella con un IMC (índice de masa corporal) correcto con un peso acorde a su talla, aunque la doctora precisa que “en ocasiones, el beneficio que genera la reducción de peso en el pecho es suficiente razón para realizar la intervención en pacientes con sobrepeso. En todos los casos, la decisión ha de ser consensuada con un profesional”.

Tras la intervención y el cambio inmediato en el volumen y la forma de las mamas, se abre un proceso postoperatorio con mejoría paulatina en las pacientes que podrán hacer una vida normal, “sin realizar esfuerzos con los brazos durante las primeras semanas después la intervención, limitándose a llevar un sujetador deportivo (24 horas durante unas 6 semanas) y procediendo a una ducha diaria e hidratación de la piel. No es necesario quitar puntos ni realizar curas”.

La doctora destaca el beneficio emocional y físico tras la intervención y menciona “la satisfacción de ver recuperar la confianza en sí misma de la paciente tras conseguir proyectar una imagen personal positiva y aceptada”.

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