Circular por el fallecimiento del Papa Francisco
Estimados Hermanos y Colaboradores:
El domingo de Pascua el Papa Francisco se encontraba por última vez con los fieles, con ocasión de la solemne bendición pascual «Urbi et Orbi». Muy debilitado por la enfermedad, no pudo pronunciar el mensaje de Pascua, que fue leído por un colaborador. Sus palabras en este mensaje pascual revelan su corazón de pastor universal, acogiendo el dolor del mundo con una mirada de esperanza, y haciendo una urgente llamada a construir la paz, a respetar la dignidad de las personas y a ayudar a los necesitados. En el mismo mensaje pascual renueva su fe, la fe de la Iglesia, con estas palabras: «Los que esperan en Dios ponen sus frágiles manos en su mano grande y fuerte, se dejan levantar y comienzan a caminar; junto con Jesús resucitado se convierten en peregrinos de esperanza, testigos de la victoria del Amor, de la potencia desarmada de la Vida». De alguna manera, este hermoso mensaje resume su magisterio durante todos estos años de pontificado.
Pocas horas después, en la mañana del lunes de Pascua, conocimos la triste noticia de su fallecimiento. Peregrino de esperanza, llegó finalmente a la meta, después de haber servido fielmente a la Iglesia, con su palabra y con su testimonio, con su magisterio y con sus gestos. Han sido doce años de fecundo pontificado, con una sensibilidad especial hacia quienes nuestro mundo descarta, los vulnerables, los que viven acompañados por el sufrimiento en sus múltiples formas. Nuestra Orden ha percibido esta cercanía carismática del Papa Francisco, confirmando nuestro camino de Hospitalidad y nuestro compromiso de servicio a los enfermos y necesitados. Tiempo habrá de valorar su extraordinaria aportación a la vida de la Iglesia. Hoy queremos, sobre todo, agradecer su vida y su servicio, su preocupación por los pobres, su empeño en la construcción de la paz.
La Familia de San Juan de Dios en España se siente hoy en comunión con toda la Iglesia en el sentimiento de tristeza por el fallecimiento del Papa Francisco, orando por su eterno descanso y apoyándonos en la esperanza que no defrauda; la esperanza que brota de la Resurrección de Jesús.
Termino recordando el mensaje del Papa Francisco a nuestro LXIX Capítulo General, que seguirán inspirando nuestro compromiso carismático: «Lleven la compasión y misericordia de Jesús a los enfermos y a los más necesitados. Salgan de ustedes mismos, de sus limitaciones, de sus problemas y dificultades, para unirse a los demás en una caravana de solidaridad».

Hno. Amador Fernández Fernández
Superior Provincial