El equipo de psicología ha realizado un estudio sobre el efecto de la Musicoterapia en personas que transitan el final de su vida, con altos niveles de satisfacción para el 89,8 % de los pacientes.

“Ayuda a conectar con la biografía, la dignidad y el sentido de la vida de cada persona”. De esta manera Juan Pedro Arbizu, Psicólogo Clínico y responsable del Servicio de Psicología de San Juan de Dios y EAPS, define el beneficioso efecto de la música aplicada como terapia en personas que viven el final de la vida. La denominada “Historia Sonora del Paciente”, se convierte así en la “columna vertebral” de la intervención: “se parte de la singularidad musical individual, de los sonidos y melodías que han acompañado la vida de esa persona y que marcan su biografía”, apunta.

Por su parte, la musicoterapeuta Isabel Laranjeira explica que “se trata de llegar a la particularidad de sus recuerdos y vivencias personales, cuidando los vínculos afectivos para ofrecer un soporte emocional mediante la música como herramienta”.

El equipo de Psicología, formado además por Yolanda Santesteban y Martina Mora en este proyecto, ha realizado el estudio sobre la experiencia clínica en 89 pacientes, obteniendo resultados que apuntan a que en un 88,7% de los casos, los pacientes mejoraron su relación con el entorno; en un 69,6% vieron aumentar su capacidad de expresión; en un 71,9% manifestaron haber sido ayudados a recordar su historia compartida; y en un 75,2%, reconocieron que esta terapia consiguió romper su rutina hospitalaria. En términos generales, el 89,8% de los pacientes apreció que la intervención conseguía proporcionarle “un alto nivel de satisfacción”.

El objetivo del estudio, indica Arbizu, “ha sido obtener una valoración de nuestra propia intervención para verificar su eficacia y contrastar el beneficio que ha supuesto para el paciente y para sus familiares”. En palabras de Isabel Laranjeira, “la música acoge a la persona y a su entorno y le acompaña en el proceso vital. Lo que pretendemos es sumar calidad de vida”.

La metodología se ha basado en el estudio retrospectivo realizado en 2021, con revisión de la historia clínica y la ficha evolutiva de cada paciente y aplicando un formato de intervención basado en dos momentos: una entrevista previa semiestructurada para conocer la historia sonora de la vida del paciente y la aplicación de un proceso de intervención con metodologías de musicoterapia.

Las conclusiones de este trabajo permiten afirmar que la intervención ha conllevado “una mejora de la relación y vínculo del paciente con su entorno a través del anclaje de recuerdos y emociones y la consecución de mejores índices el bienestar del paciente en el ámbito hospitalario, lo que facilita su expresión y le ayuda a romper rutinas”, afirma Isabel.

Los resultados han sido compartidos con la Sociedad Española de Cuidados Paliativos en el último congreso de la SECPAL.