Respeto a la autonomía del paciente
Era lunes, de nuevo. Me bajé rápido al vestuario, llorando, no podía soportar la situación que se había planteado. ¡No sé si valgo para esto!
– Me dije – Es muy duro y, sin embargo, yo no me quiero endurecer. Quiero seguir siendo sensible. No quiero dejar de sentir, de compadecer. – Todo esto venía a mi cabeza cuando alguien me cerró la taquilla.
– Pero bueno, ¿Por qué lloras…? ¿Qué te pasa, Ana? – Me dijo Argia cariñosamente.
– Pues, … que no puedo soportar que hoy, Pedro, el de la habitación 234 nos ha dicho que no quiere continuar con el tratamiento. Que se rinde, que no va a luchar más. De hecho, quiere que le quitemos toda la medicación. Y tiene 35 años, Argia… Toda la vida por delante. Una hija de 8 meses…. No puedo aceptarlo. Le tenemos que convencer de que tiene que seguir. He oído que si supera esta infección quizá podría tener un tiempo más.
– Ana, tranquila. Respira. Te estás equivocando tú. Pedro sabe lo que le pasa, y es libre para decidir lo que quiere hacer en esta situación. Es su decisión.
– Pero…
– Que no…, no te ofendas y no llores más, que no llevas razón. Lo hemos deliberado mucho en la reunión multidisciplinar de hoy. Y, es normal tu reacción, no estamos acostumbrados.
Argia, me he tenido que salir de la reunión, todo el mundo se ha dado cuenta…
– Ana, la reunión es clave como método para coordinarnos, para deliberar sobre lo que debemos hacer y sobre lo que no es conveniente. La deliberación es una expresión de lo que llamamos Prudencia.
Es decir, el saber puesto al servicio del día a día, del acto asistencial. Tenemos que juntarnos, hablar, expresar nuestra opinión una vez que tenemos formado un criterio técnico sobre cada caso, sobre cada paciente. Valen las opiniones de todos, pero no todas las opiniones son certeras, y tampoco podemos saberlo con exactitud. Y en este caso, hacer caso a Pedro es lo que corresponde. Es su voluntad, es libre, consciente. Debemos respetar su autonomía.
Argia, …Gracias. Me has hecho comprender lo importante que es el equipo. Y lo trascendente que resulta respetar la voluntad del paciente, si está consciente, informado y libremente opta por lo que entiende mejor, entre las alternativas que tiene. Qué importante es saber y seguir el método, incluso para cosas tan difíciles de comprender, tan complejas de definir como la de Pedro…y qué importante, hablar, y escuchar. Va a ser que me gusta esto de la bioética… ¿Me das un abrazo?
Debemos seguir un método que nos acerque a las decisiones más correctas. Este método, deliberativo y dialogante entre las diferentes opiniones y roles, no garantiza las buenas, pero nos acerca a soluciones.
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