Comunidad de Hermanos
RELEVO Y COMPROMISO
Jose Luis García Imas será el nuevo Superior de la Comunidad de Hermanos del Hospital, sucediendo en este puesto a Gabino Gorostieta, con más de 25 años de trayectoria en la casa.
El Hno. Jose Luis García Imas ha sido nombrado Superior de la Comunidad de Hermanos del Hospital de Pamplona-Tudela. Además, acompañará al equipo directivo en la Junta de Gobierno del Hospital a la que puede aportar su larga experiencia en distintas responsabilidades dentro de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios.
García Imas llega a Pamplona tras una larga trayectoria en la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, tanto dentro como fuera de España: “Vengo a acompañar a los hermanos y a la obra que realiza el Hospital, fundamentalmente en toda la labor dedicada a obra social, pastoral y voluntariado”, afirma.
El hermano es natural de Larraga (Navarra). Ha formado parte de la Curia de la Provincia de Aragón San Rafael ejerciendo como consejero provincial, entre otras responsabilidades y ha estado vinculado a los Servicios Sociales de Barcelona, Valencia y “Fundación Jesús Abandonado” de Murcia. En 2007 pasó a México – América Central como delegado para Cuba y Honduras. Vuelve a España en 2019 integrándose en la comunidad de Almacelles (Cataluña) para trabajar con menores extranjeros no acompañados y más tarde, con el equipo de trastornos conductuales. En este momento sustituye en su cargo al Hno. Gabino Gorostieta en Pamplona.
El Hno. Gabino ha sido Superior de esta Comunidad durante más de veinticinco años y ha ejercido en este tiempo como un ejemplo de compromiso, cercanía y conocimiento, acompañando el proceso de transformación del Hospital hacia su modernización y desarrollo y realizando una extensa labor pastoral y de atención espiritual a pacientes y familias. En una entrevista reciente, el Hno. Gabino consideraba que “la esencia de San Juan de Dios sigue estando de absoluta actualidad” en un escenario complejo: “estamos asistiendo a una nueva realidad dura y desconocida para todos, que ha requerido y nos exige una respuesta sanitaria y social. Además, ha planteado escenarios emocionales y espirituales de profunda afectación para pacientes, familias y profesionales”.