El proyecto ‘Rural Domus’, un ejemplo de Economía Social
Se trata de un programa piloto, puesto en marcha por el partenariado formado por el Hospital San Juan de Dios Pamplona-Tudela y la Clínica Josefina Arregui, que ha desarrollado una Escuela de Cuidados para la formación de profesionales, su inclusión social y el impulso de su emprendimiento mediante microcooperativas
Para explicar la implicación de ‘Rural Domus’ en el ámbito de la economía social, acudió al foro Susana Martínez Agorreta, responsable del Área Sociosanitaria del Hospital San Juan de Dios. Entre otros datos, Martínez ofreció las principales claves del proyecto piloto que resumió en cuatro ejes:
- Rural Domus nace como respuesta a un proceso de reflexión y a la detección de una necesidad en los ámbitos de atención de las dos instituciones que lo constituyen. De ahí, “la creación de un modelo de atención domiciliaria propio del ámbito rural, que afronte una realidad muy diferente a la urbana, con unos condicionantes muy importantes”, indicó la responsable.
- Para conseguirlo, se hace necesaria la profesionalización de las personas que cuidan, a través de la creación de una Escuela de Cuidados para impartir formación especializada.
- “La tercera clave -apuntó- ha consistido en poner el foco en la inserción laboral de las personas cuidadoras, a través de un modelo de economía social, impulsando la posibilidad de crear microcooperativas”. El objetivo de esta iniciativa reside, describió, en “evitar la mercantilización de los cuidados y apostar por fórmulas más sostenibles, promotoras del emprendimiento y empoderamiento de estas personas, generando red y sentimiento de pertenencia”. Martínez añadió en esta línea “la apuesta firme por el desarrollo local, mediante la generación de arraigo poblacional y el impulso de la economía local”.
- La tecnología constituye el cuarto pilar del proyecto, concretada en la implantación de una herramienta digital que permita el registro de los cuidados y la gestión del servicio.
Un colectivo que, en estas circunstancias, “no cumple los requisitos para acceder a una formación reglada y tiene pocas oportunidades de profesionalizarse en el sector”, inquirió. Por tanto, “son personas que requieren un acompañamiento y que necesitan sentirse ‘parte de’”, ya que -apuntó- el cuidado en el domicilio es un trabajo ‘muy solitario’, en el que la persona ejerce su actividad profesional de manera individual, en el entorno de la persona atendida.
Aportaciones de la economía social
Susana Martínez concluyó con las contribuciones que el modelo de economía social realiza a este ámbito de los cuidados domiciliarios. “Aporta un tipo de empresas con una base solidaria, integradoras e inclusivas, en las que las personas adquieren un compromiso conjunto, generando empoderamiento a través del emprendimiento, así como visibilidad”, señaló. Un modelo que fomenta el sentimiento de pertenencia, a la vez que “permite generar red y compartir recursos (vehículo, gastos generales…)”, subrayó.
Además, en opinión de la responsable, el modelo de economía social promueve empresas con un fuerte compromiso con el territorio. “Un factor de especial relevancia en el ámbito rural es que desde la economía de los cuidados se contribuya a una mayor cohesión social y territorial, pues revierte económicamente en el territorio y mejora de la empleabilidad local”.