Ana estaba para terminar su turno de prácticas, y le avisaron que había una sesión de IkasKnow en el auditorio sobre los principios de la bioética……

– Javi, ¿me oyes?
– Ahora sí, Ana. Que tengo mala cobertura. Dime.
– Ven a buscarme una hora más tarde, que me
quedo a escuchar un rato una sesión de
bioética.

– Pero, ¿qué dices? Que yo a las cinco me voy al gimnasio. Y qué no te coman el coco los del Hospital con esos temas de bionosequé.
– Bioética Javi…, bioética. Que me está ayudando a entender mejor mi trabajo. Ya sabes lo mal que lo estoy pasando con las prácticas. Hoy nos van a hablar de los cuatro principios del método y no me lo quiero perder. Es que lo necesito.
– Y esos cuatro principios, tendrán cuatro
finales…, menudo rollo, pues a mí me va la
final de la champions.
– ¡Jajaja!, Principio en este caso quiere decir
guía, o regla…Mira, son cuatro, te los cuento
así rápido: Beneficencia, No
maleficencia, Autonomía de la
Voluntad y Justicia.
– Justicia quisiera yo para mí, que siempre me
das calabazas en el último momento. Haz lo
que quieras. No sé qué te traes tú con esto de
los principios pero no te entiendo nada.
Bueno, pero si a ti te vale, y eres feliz, pues yo
también. Imagino que encima no te cobran por
ir a ese curso ¿no?

– Gracias Javi, mira, acabas de mencionar los cuatro principios de la bioética, sin darte
cuenta: El primero, beneficencia. Así, has
visto que ir al curso me haría bien, dado que estoy un poco ansiosa en estos primeros días de mis prácticas; y por tanto, has visto claramente que priorizar esta reunión a estar un rato contigo era bueno para mí; Gracias cariño, eres un sol.

Además, esto no me va a hacer daño, no infringe el principio de no maleficencia, es decir, por venir a la charla no voy a sufrir
ningún otro perjuicio, bueno, eso creo…; Encima, es lo que yo quiero, es mi voluntad, y tú la quieres respetar, porque sé que me quieres un montón y que quieres lo mejor para mí, como yo para ti; y por último, me has preguntado si me cobrarían. Y ahí está el principio de justicia, es decir, el criterio que nos ayuda a priorizar bien, a ser justos en el reparto de unos recursos siempre limitados. Es decir, que mi decisión no sería tan buena en el caso de que me costara un dinero que debemos guardar para la cocina que acabamos de encargar para el piso nuevo, ¿verdad?
– Pues, qué te voy a decir, Ana, que te están
comiendo el coco, pero que te quiero un montón y que tengo unas ganas terribles de que sean las siete para verte cuando salga del gimnasio.
– Y yo a ti, te quiero. ¡Hasta luego!

Mayo 2024. Capítulo 4.